sábado, 8 de septiembre de 2012

Como empezar a quererse uno mismo


Esta es la asignatura pendiente de más del 70% de la población, parte esencial entre las causas que motivan las dificultades en las relaciones, ya sean familiares, de amistad o de pareja. Es la semilla que germina victimas, agresores, enfermedades tanto físicas como mentales, abusos, utilización, en fin, un variopinto abanico de discapacidades, transitorias si se les hace frente, pero una vida entera de limitaciones cuando al final la falta de seguridad (el miedo) gana la batalla a la confianza (Amor) dentro de uno mismo. De tu nivel de autoestima depende que empieces a vivir o sigas sobreviviendo a duras penas.
Si quieres saber por donde empezar a quererte, es imprescindible que conozcas el origen de la carencia. Ya solo con esta comprensión abrirás las puertas que te descubrirán el camino, un poco de trabajo y algo más de paciencia contigo mismo, y tendrás lo necesario para conseguirlo:
Hemos sido adiestrados bajo una estructura contraria a la confianza y a la seguridad en uno mismo y a todo lo que nos rodea, una educación velada opuesta al Amor. El miedo es la herramienta más efectiva a corto y largo plazo de lograr el control  mental y emocional del ser humano, nos es trasmitido individualmente desde la infancia a través de padres y educadores, estos a su vez previamente instruidos en el mismo sentido por medios de información pública (prensa, radio, televisión y cine) aceptada por religiones y gobernantes, con el fin de asegurarse todos, unos con más consciencia que otros, la dirección conveniente de cada nuevo individuo en cadena. Frases familiares como, “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer“; “si no estudias no serás nada en la vida“, “a ver que van a pensar los demás”;…..”si no comes no crecerás“; “si no eres bueno mamá y papá no te querrán”; “la masturbación produce impotencia y descalcificación de huesos” ; “entregarse a los demás es olvidarse de uno mismo” ; “te medirán por tus éxitos“; “eres lo que tienes”; “demuestra lo que vales”; “una pareja ha de ser para toda la vida”.…. La lista llega a ser interminable, limitadora y castrante. Cualquiera que no llegue a cumplirlo (nadie puede lograrlo al 100%) o se salga del modelo establecido, poco a poco irá perdiendo la esperanza en el Amor. Dentro de esta “programación” resulta absolutamente imposible alcanzar la felicidad y la única posibilidad son los “momentos” con los que algunos se sienten ingenuamente afortunados.
La actitud de infundir miedo no es más que la manifestación de un sentimiento de inseguridad y desconfianza propio de quién lo ejerce autojusticándose bajo el velo de un supuesto amor/beneficio para el “controlado”. Querer controlar a través de amenazas sobre supuestos riesgos individuales o grupales es estar transmitiendo al receptor, además de miedo e inseguridad, un mensaje subliminal de “desconfío de tu/vuestra capacidad”, poniendo por lo tanto en cuestión su autosuficiencia y su valor personal. Si sumáramos todas las muestras de desconfianza soterrada que hemos recibido a lo largo de nuestra vida, los miedos ajenos que hemos absorbido, y las dudas sobre nuestras capacidades, obtendremos el resultado de esa falta de autoestima que la mayor parte de las personas padecen. “Si con tu actitud me muestras que no confías en mí, me haces dudar de mí mismo, y entonces……, yo llego a pensar que es verdad que no soy lo suficiente”. En consecuencia….. ¿cómo voy a quererme?, ¿cómo voy a valorarme para sentirme seguro y hacerme respetar?. Este es el razonamiento inconsciente que hacemos de niños, la creencia que queda instalada en nuestras capas más profundas de adulto, sin saber que en esos primeros años de vida está la respuesta a nuestra dificultad para Amarnos, Amar y ser Amados.
En definitiva, la educación a través del miedo además de ser una herramienta de control provoca la falta de Amor por uno mismode esta forma hemos construido una cadena de “dadores” de baja autoestima que de forma inconsciente trasmiten su  propia inseguridad, proyectándola sobre toda persona con la que se relacionan causando así una nueva victima del falso amor. Puede que esta sea una de las explicaciones de por qué la mayoría de los adultos sienten carencias de Amor en su infancia, a pesar de reconocer haber sido queridos. Así que, la única manera de empezar a corregir una situación que se prolonga y se trasmite como un virus, es modificarla desde la base, de uno en uno, individualmente, y en un tiempo, la educación cambiará a una sociedad de individuos seguros de sí mismos que puedan Amarse lo suficiente como para ser inmunes a cualquier nuevo ataque de inseguridad venga de donde venga, pudiendo trasmitir un Amor bien entendido desde el suyo propio.
Partiendo de que el concepto que nos han trasmitido sobre lo que es el Amor a uno mismo y a los demás es erroneo, el reto que deberíamos plantearnos a priori sería desmontar en cada uno de nosotros esta programación. No es fácil pero tampoco imposible, ya que estamos hablando de desarticular ideas que se crearon en un principio a nivel mental, por lo tanto modificables, porque no están en tu esencia sino que son aprendidas. Es cuestión de darnos tiempo para desprogramar en cada acto cotidiano esta creencia limitante. Poner consciencia antes de hablar, al escuchar y a la hora de actuar, teniendo en cuenta bajo que propio sentimiento vamos a movernos, es el camino y el esfuerzo que debemos realizar.
Amarse tampoco consiste en adivinar o hacerse una lista de cualidades con las que aumentar tu valor, ahí no están las resistencias que nos encontramos a la hora de querernos. El verdadero Amor es quererse y querer al Ser Humano que llevamos dentro tal y como ahora Es sin excluir sus defectos, es dar y darte la libertad para equivocarte confiando en ti y en el aprendizaje que sabrás obtener, aceptándote y perdonándote los errores pasados como lo harías por cualquier otra persona amada para ti, y empezar de nuevo con una verdadera, real, y alcanzable, oportunidad de VIVIR.

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